Nunca releo mis libros, porque me da miedo.

Es la hija adoptiva de Úrsula Y José Arcadio. Llega a Macondo procedente de Manaure y trae consigo la peste del insomnio, come tierra y cal cuando está desesperada; se enamorada del refinamiento y la buena educación de Pietro Crespi. Pero se entrega a la pasión de José Arcadio hasta convertirse en su esposa.

 

“Se sentaba en el mecedorcito a chuparse el dedo en el rincón más apartado de la casa. Nada le llamaba la atención, salvo la música de los relojes, que cada media hora buscaba con los ojos asustados, como si esperara encontraría en un lugar del aire. (…) Nadie entendía como no se había muerto de hambre, hasta que los indígenas descubrieron que a Rebeca solo le gustaba comer la tierra húmeda del patio y las tortas de cal que arrancaba de las paredes con las unas”. 

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