Nunca releo mis libros, porque me da miedo.

Macondo y Yo 

 
“… Y me pregunte de repente donde me encontraba, su penetrante olor con vestigios de generaciones pasadas me atrapaba entre sus alas, no pude escapar, su ritmo cronológico me impedía alejarme de él, ese lugar hasta entonces desconocido para mí se convirtió en poco tiempo en un sobrecogedor hogar, era como si Jose Arcadio y Úrsula lo hubieran acomodado a mi preferencia, Macondo no era más que ese punto al final de la ciénaga que encubría mis más profundos deseos y pasiones,  allí me dijo Gabo que todo era posible y coherente, que en él encontraría aquello que buscaba… “

 

   

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